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El hidrógeno obtenido con energía solar y eólica es la apuesta para “descarbonizar” las economías. En la Semana Europea del Hidrógeno se ve con buenos ojos a Chile, el primer país de América Latina con un plan nacional.
Foto: El desierto de Atacama en Chile, energía solar
El futuro es el hidrógeno verde, producido con energía solar y eólica: ése es el mensaje de la Semana Europea del Hidrógeno que tiene lugar en Bruselas. Chile, con su apuesta por este tipo de energía, se presenta como un gran socio regional de la Unión Europea (UE) en ese sentido.
«Es importante que nos comprometamos internacionalmente con el hidrógeno”, subrayó Franz Timmermann, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable por el llamado Pacto Verde Europeo. Los pasos para abandonar el carbón, de modo de alcanzar las metas del Acuerdo de París, y la energía nuclear, deben ir acompañados de pasos hacia su reemplazo.
Desierto de Atacama en Chile, energía solar
Y si bien Europa tiene buenas fuentes de energía solar y eólica, «requerimos de interdependencia, patrones de cooperación que beneficien a todos”, recalcó Timmermann, anunciando la pronta aparición de un primer marco europeo para regular su transporte verde, la certificación, la distribución.
Enorme potencial
Históricamente, el hidrógeno se ha obtenido usando combustibles fósiles, energía eléctrica o gas natural, pero la fórmula más amigable con el medio ambiente es su producción con energía solar y eólica. Chile, con su enorme potencial eólico y solar, ha sido el primer país en América Latina en apostar por el desarrollo de esta industria. El obejtivo: por un lado, abastecer su mercado interno con energía limpia, y convertirse, para el 2040, en uno de los principales productores del mundo de este combustible.
«Nuestros recursos no son solo muchos, sino buenos”, subrayó el ministro chileno de Energía, Juan Carlos Jobet, haciendo referencia tanto al desierto de Atacama y su insuperable irradiación solar como a la capacidad eólica de la Patagonia.
A la conferencia sobre el hidrógeno, asiste el empresariado, la política y la ciencia. «Con la UE buscamos promover programas de investigación conjuntos y oportunidades de inversión”, apuntó Jobet, que participó virtualmente en la conferencia.
Por el momento, entre Chile y los socios europeos existe un Fondo Bilateral para el Desarrollo en Transición, destinado a apoyar iniciativas innovadoras. El hidrógeno verde puede aportar entre un 25 y un 27% a la reducción de emisiones para 2050, dice la información oficial de ministerio chileno.
¿Una apuesta regional?
Si bien Chile es el más avanzado en la región -con grandes grupos mineros interesados en la transición, con una gran red comercial y con infraestructura de transporte-, son muchas las regiones en América Latina que tienen gran potencial y que «piden estrategias de cooperación que faciliten las inversiones y transferencias tecnológicas europeas”, se afirma en la declaración de la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat).
Reunidos a comienzos de noviembre 2021 en Colombia, entre los diputados de ambos continentes hubo consenso en la apuesta por la transición ecológica y energética. Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), Latinoamérica y el Caribe tienen el potencial para liderar la transición y alcanzar la meta del abastecerse en un 70% de energía limpia hasta el 2030.
Potencial, voluntad, inversión
¿Qué hace falta? Reemplazar las energías fósiles en la generación de electricidad, en el transporte, en procesos industriales; se requiere infraestructura para la producción y el transporte. También casi todo en el tema regulatorio. Para esto, la pronta conclusión de la modernización del Acuerdo entre la UE y Chile, con su capítulo de cooperación en desarrollo sustentable y cambio climático, en opinión de muchos, sería un as.
Parque eólico en Chile
Como fuere, en la Semana Europea del Hidrógeno se ha lanzado una Alianza internacional, que cuenta con 1500 miembros de todos los sectores, para unir ideas e iniciativas con posibles inversiones. En el marco de esta alianza se han anunciado 600 proyectos que serían operativos en 2025. Por otro lado, la UE forma parte de una coalición de países que apuestan por crear 100 valles de hidrógeno verde -proyectos que reúnen producción, transporte y distribución- en todo el mundo.
«Necesitamos cooperar con otros, necesitamos finanzas”, apuntaba el ministro Jobet, señalando la cooperación de su país tanto con la UE como con Alemania y Gran Bretaña. Si bien la vecina Noruega y Escocia, y miembros del club europeo como Holanda, Bulgaria y España se disponen ya a abastecer al mercado europeo con energía limpia, «habrá espacio para todos”, asegura el ministro Jobet. «Debemos querer alcanzar las estrellas», decía Timmermann, «están conformadas por hidrógeno».
Fuente: Deutsche Welle